No hay que preguntarse la razón de acudir a una señorita de compañía – hoy mas conocidas como “Escorts “- ya que no existe realmente una razón en concreto para hacerlo.
Lejos queda el concepto de acudir a una ramera para realizar un acto puramente sexual, donde no importaba lo más mínimo ni la presentación, ni la conversación, ni absolutamente nada más que no fuera el dar rienda suelta al puro instinto carnal, incluso en condiciones más que precarias.
Las prostitutas eran consideradas el último eslabón de la cadena social y sufrían injustamente el estigma del “pecado”, incluso por sus propios clientes.

Afortunadamente, las cosas han cambiado y hoy en día una “Escort” puede ser desde una señorita de alto nivel cultural, conocedora de varios idiomas, además de educada y hermosa. Acompañante con la que tener sexo será el complemento perfecto a un día, tarde o noche de gozo especial. O bien, señorita especialista en desentrañar los escondidos deseos sexuales del hombre y prestarse a darle cumplida satisfacción.

En otras palabras, una Escort de alto nivel, como buena conocedora de los hombres, sabrá conducir la relación que al principio podrá ser fría y de falta de confianza, a un terreno cálido donde el cliente se encontrará muy a gusto con su compañera o compañeras ocasionales.

Claro que no siempre se dispone de tiempo suficiente para poder disfrutar de una preciosa Escort durante un periodo de tiempo prolongado ya que, el tiempo de ocio, escasea cada día más.

Por ello, también se puede disfrutar de una belleza que nos cautivará a la primera mirada, en la intimidad de la habitación del hotel o incluso en su propia casa donde el buen hacer y la discreción más absolutas están más que garantizadas.

Es habitual entre los hombres, al referirse a las Escorts, hacerlo sobre su belleza y la perfección de sus esculpidos cuerpos fruto de muchas horas de gimnasio, saunas, masajes y de una adecuada alimentación, olvidando quizás que la más importante faceta que se da en un encuentro con una profesional de alto nivel o VIP Escort es la discreción y el anonimato, así como el silencio más absoluto de lo acontecido en el encuentro.

Esto último, debe valorarse en su justa medida pues estamos en una sociedad donde cualquier insinuación a una señorita, fuera del entorno de una profesional, puede acabar en una denuncia por acoso sexual con las graves consecuencias que esto conlleva en nuestro entorno familiar y social.

Una cena íntima, un “break” de unos días, un “party” en un barco, en un chalet o en cualquier otro entorno, sólo puede darse con Escorts si queremos la discreción más absoluta después de haber dado rienda suelta a nuestros deseos y experimentado altas cotas de placer con su talento y especiales habilidades.

Obviamente, con Escorts de alto nivel, las cotas alcanzadas pueden ser indescriptibles, y de “climax “ total, puro manjar de reyes.

En síntesis, la razón de solicitar los servicios de una VIP Escort no es sino la de darnos un homenaje a nosotros mismos para satisfacer los planes y deseos que podamos tener en un momento determinado y nuestros deliciosos bombones, nuestras guapísimas VIP Escorts están en nuestra Agencia precisamente para ofrecerles lo mejor de ellas mismas, que no es poco.

Una advertencia amigable, es fácil enamorarse, tengan cuidado !